Comprender la gestión de conflictos y aplicarlo en tu empresa puede ayudar a resolver diferentes tipos de situaciones. ¡Ven las mejores técnicas!
Si sucede en la mayoría de las familias, también sucede en la mayoría de las empresas. Es natural que pueda surgir alguna discrepancia entre las personas que conviven a diario. Por lo tanto, comprender la gestión de conflictos puede ayudarte a resolver algunos problemas ¡Aprende más aquí!
Esta gestión permite un análisis más asertivo de posibles problemas en la relación entre colaboradores con el fin de encontrar una solución interesante para todos los involucrados y, por supuesto, para la salud de la empresa. ¿Quieres saber más sobre qué es la gestión de conflictos? ¡Quédate con nosotros y entiende todo sobre el tema!
¿Qué es la gestión de conflictos?
La gestión de conflictos consiste en tratar las controversias y desacuerdos entre dos o más partes. Su objetivo es minimizar los factores negativos que influyen en la divergencia y animar a todos los participantes a llegar a un acuerdo.
Por tanto, gestionar los conflictos en las organizaciones genera un resultado mutuamente benéfico y acordado por todas las partes implicadas. Entonces, la definición de esta práctica es resolver un problema entre dos o más personas.
¿Cuáles son las principales habilidades de la gestión de conflictos?
La intención de los buenos profesionales no es evitar malentendidos, sino resolverlos de forma eficaz. Las personas que se tratan entre sí de manera respetuosa y optimista pueden aprender dentro de la organización, utilizando la gestión de conflictos como ejemplo de crecimiento.
Comunicarse con claridad, empatía y paciencia puede ser la solución a los conflictos en las empresas y aún mantener una buena relación profesional entre personas y sectores. A continuación, enumeramos las principales habilidades para la gestión de conflictos:
Comunicación
Puede evitar algunos tipos de conflictos en las empresas con una comunicación verbal y escrita precisa, ya que un simple correo electrónico perdido puede provocar fallas en los planes y señalar con el dedo a alguien. A continuación te mostramos ejemplos de una buena comunicación:
- Tener un diálogo abierto
- Comprender a los participantes resistentes
- Formalizar y mediar acuerdos
- Liderazgo
- Reunión con las partes involucradas
Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la habilidad de entender los propios sentimientos y los de los demás. Las personas que tienen esta habilidad son buenas para identificar y satisfacer las necesidades de los demás, mientras asumen la responsabilidad de sus deseos y sentimientos. Algunas formas de hacer esto son:
- Ser adaptable y analítico
- Perdonar las transgresiones y reconocer las mejoras
- Ayudar a otros
- Identificar los desencadenantes emocionales
- Mostrar respeto
Empatía
La empatía es la habilidad de ver una situación desde el punto de vista del otro y comprender sus necesidades, motivaciones y posibles malentendidos. Algunas personas son naturalmente más empáticas que otras, pero esta habilidad puede desarrollarse.
En su versión más útil, se ve forzada por una comprensión intelectual de la situación de la otra persona. La empatía se aplica mejor en el trabajo cuando se combina con el pensamiento crítico, la inteligencia emocional y otros tipos de discernimiento. Entre sus principales características se destacan:
- Generar confianza
- Mostrar compasión
- Abrazar la diversidad y la inclusión
- Dar feedbacks constructivos
- Identificar señales no verbales
Además de ayudar con la gestión de conflictos, también puedes usar la empatía para aprender a comprender a los clientes, promover experiencias más positivas y mejorar el servicio.
¿Cómo hacer la gestión de conflictos en las empresas?
En cualquier situación que involucre a un grupo, pueden surgir algunos desacuerdos y, si se manejan mal, causar falta de confianza y pérdida de productividad.
Por lo tanto, a continuación te mostramos cómo hacer la gestión de conflictos:
- Acomodación o “ablandamiento”: esencialmente es darle al lado opuesto lo que quiere. Suele ocurrir cuando una de las partes quiere mantener la paz y percibe el problema como pequeño. Por ejemplo, una empresa que exige vestimenta formal podría instituir una política de “viernes informal”.
- Evitación: esta estrategia busca posponer el conflicto de forma indefinida. Atrasando o ignorando el conflicto, quien lo evita espera que el problema se resuelva por sí solo sin una confrontación.
- Colaboración: integra ideas planteadas por varias personas, buscando encontrar una solución adaptable para todos. Por ejemplo, el propietario puede trabajar en colaboración con el gerente para establecer políticas.
- Compromiso: normalmente, requiere que ambas partes del conflicto cedan algunos elementos de su posición para establecer una solución aceptable y agradable.
- Competencia: funciona como un juego, en el que un bando gana y el otro pierde. Las personalidades muy asertivas, a menudo recurren a la competencia para una estrategia de gestión de conflictos.
Comprende más sobre cómo mejorar la gestión en tu empresa
Como hemos visto, la gestión de conflictos es una excelente práctica que ayuda a resolver diversos problemas dentro de una organización. Además de resolverlos también ayuda a mejorar las relaciones personales con otros colegas.
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